En una empresa de economía social existe una amplia gama de dirigentes, personas que decidieron unir voluntades que a fuerza de necesidades comunes asumieron el compromiso de forjar a base de sacrificios, dedicación y entrega una institución que sirviera de canal de superación económica y social para sus conciudadanos. Este es sin lugar a duda el origen y motivación de toda empresa cooperativa, todo inicia con el compromiso de hombres y mujeres dispuestos a dar lo mejor de sí para mejorar la calidad de vida de la comunidad que los une y más allá.
El progreso no solo facilita el acceso a otro nivel de vida, sino también que contribuye a que cada dirigente se involucre de manera activa a buscar constantemente su crecimiento y desarrollo personal, mismo que le permita seguir aportando de manera efectiva a la dinámica cada vez más compleja de la empresa social.
Esta búsqueda da como resultado el establecimiento cada vez más necesario de programas educativos eficientes y eficaces que aporten realmente herramientas que sirvan para el buen desarrollo y gobernabilidad de las cooperativas.Actualmente la dirigencia tienen la responsabilidad de valorar sin presiones ni favoritismos las ofertas educativas que se les ofrecen, esta valoración tienes que ir acorde con la misión y la visión de la empresa y más que nada fundamentada en los principios y valores que nos rigen. La capacitación lleva a la dirigencia, más que a reunirse a oír informes y a tomar resoluciones a ejercitar permanentemente, la responsabilidad de monitorear la gestión administrativa, tanto en la empresa, como de todo el sector cooperativo, de forma que genere la experiencia y sinergia necesaria que nos lleven cada día a concebir nuevos proyectos, y tras ello, ir adecuando las políticas y reglamentos a los cambios que a diario se suceden en la sociedad, manteniendo la empresa competitiva y en mejoras continua.
La economía se ve inmersa en una vorágine de cambios, pues cada día hay nuevas necesidades que exigen mayor y mejores satisfacciones para nuestros asociados, cambios ante los cuales nuestras empresas de economía social no deben mantenerse al margen, pues no basta con hacer alarde de ser empresas sin fines de lucro, que se manejan con pulcritud, sino, que estas deben ser gestionadas con alta competitividad, factor que hace imprescindible la obligatoriedad de aunar esfuerzos para contar con capacitaciones que provoquen el empoderamiento y habilidad de todos los actores que convergen a lo interno de la cooperativa, de manera equitativa.
Se hace necesario que todos y todas se involucren de manera activa en los procesos de capacitación, solo esta garantiza que los aportes que se hacen al desarrollo de la empresa reflejen el compromiso y el alcance de todos los sectores.Los organismos de integración tienen mucho que aportar en este sentido.
Dios les bendiga,
Por: Licda. Xiomara Nuñez de Céspedes.